Cada año es lo mismo, nos comemos hasta los rabitos de las uvas y en enero nos entra la angustia por tooooodooo lo que nos hemos comido. El lechazo de nochebuena, la pularda rellena de navidad, las copitas de fin de año… y, para rematar, un roscón entero en Reyes, mojadito en chocolate. ¡Somos la leche, no aprendemos!
Pues bien! Este año es el año en el que los propósitos los cumplimos, pero de verdad. Nada de dietas estrictas, nada de apio, sopas misteriosas y pollo a la plancha. Para recuperarnos de estos excesos tenemos que usar la cabeza. Cinco comidas, más fruta, verduras y pescado, pasta, arroz, un poco de pan y mucha agua. No hay más misterio, y eso de por vida. Lo que viene siendo comer bien comiendo de todo, que luego vienen los efectos rebote. Ahhh!… y sin olvidarnos de intentar hacer un poco más de ejercicio (jejeje).
Sube a casa por las escaleras, ve andando al trabajo (si puedes claro) para ir a por el pan… mejor deja el coche en casa 😉 y, por supuesto, no hagas de madre basurilla y te comas las sobras de l@s niñ@s ¡por Dios!
Un buen libro para ilustrarnos y proporcionarnos recetas es el nuevo libro de Isasaweis, “Cocina sana para disfrutar”. Para aprender a comer y disfrutar comiendo. No obstante, esto de comer sano se ha “puesto de moda” y empiezan a salir libros como setas por bosque en otoño 😉
Y, sobre todo, mucho ánimo, que es más fácil de lo que parece! ¡A por vuestros propósitos de año nuevo, que nosotras ya nos hemos puesto manos a la obra!
Teresa, Eva y Myriam