Si estás pensando en hacer un crucero durante estas vacaciones, aquí van nuestras reflexiones en primera persona en base a las experiencias que cada una de nosotras tres hemos tenido en un viaje así….
Yo disfruté hace unos años de un crucero por las Capitales Bálticas. El crucero salía y volvía a Amsterdam y visitamos, durante una semana aproximadamente, Estocolmo, Helsinki, San Petersburgo y Tallín. En un primer momento, mi marido no era muy partidario de este tipo de viajes. Temía la masificación y la sensación de ir como «borregos» todo el rato. Afortunadamente, el resultado fue muy distinto. Lo pasamos muy bien. Fue absolutamente relajante para nosotros y muy divertido para los peques que tenían, entonces, 4 y 8 años. Nos encantó el itinerario y el hecho de que no hacía tiempo para disfrutar de la piscina nos pareció estupendo. En agosto por esas zonas hace fresco y la cubierta quedaba para darse tranquilos paseos sin aglomeraciones. Nosotros hicimos las cenas en una mesa familiar (así lo habíamos pedido) y nos apuntábamos a algunas excursiones en lo que denominan horario de tarde (salidas sobre las 13h), por lo que pudimos disfrutar del barco con relativa tranquilidad. El único handicap de un crucero es que no paras mucho en cada ciudad por lo que sólo puedes hacerte una idea sobre lo que visitas. No conoces San Petersburgo si sólo lo has visto como parada de un crucero. Pero, a cambio, ofrece perspectivas únicas por su altura y por ir por mar. Todavía nos acordamos del maravilloso archipiélago sueco visto desde el salón del barco en el que disfrutábamos de un coctel mientras nos acercábamos a Estocolmo. Muy recomendable para viajar con peques y para relajarse.
En nuestro caso era mi padre el que nos invitaba a un crucero a todos: hijas, nietos, yernos… Un grupo de 19 que ya de por sí era divertido. Nuestro recorrido fueron las islas griegas, Duvrobnik y Estambul. El miedo era, sobre todo, por mis padres. Muy acostumbrados a grandes viajes, pensábamos que el crucero se les iba a quedar corto, que iba a ser aburrido. El grupo era fácil de encajar pues todos somos muy viajeros aunque, en un principio, la mezcla pudiera parecer difícil, adolescentes y abuelos, acompañados de padres cuarentones… Pero el resultado fue fantástico. Disfrutamos de las excursiones puesto que nos apuntábamos a casi todas y disfrutábamos del barco por la noche. La suerte de esta edad, con los niños, es que pueden ir a sus anchas por el barco. Al final, verás como ellos se convierten en tus guías. Se saben a qué hora y dónde son los espectáculos, las clases, los juegos, el mejor restaurante, en que cubierta se merienda mejor… Otra de las ventajas del crucero es que son perfectas para grupos como el nuestro, heterogéneo. Puede que no todo el mundo quiera bajar ese día del barco, pero en un crucero eso no es problema: nadie se queda atrás. En el caso del crucero que nosotros hicimos, al participar en todas las excursiones y dado que las ciudades visitadas son pequeñas, el crucero te da una idea perfecta de las islas en cuanto a monumentos y sitios de interés, a excepción de Estambul que se queda algo corto. Como conclusión, los cruceros son perfectos para grupos heterogéneos, todos pueden elegir sin condicionar a los demás, no te tienes que preocupar de hacer y deshacer maletas, todo está incluido y te olvidas del «cash» y que tus hij@s serán los mejores guías. Buena experiencia.
Mi familia y yo viajamos hace unos años de un crucero de unos quince días por Italia, Grecia y Turquía. Ciudades como Mónaco, Florencia, Roma, Nápoles, Atenas, Santorini y Kusadasi (Éfeso)… En dos palabras fue ¡la pera! El plan con niños es genial, un barco lleno de actividades y planes mientras navegas. Si son un poco mayorcitos se gestionan solos y si son pequeñitos tienen clubs donde jugar. Nosotros viajamos con Royal Caribbean, es una compañía americana. Empleados encantadores, pendientes de todos los detalles que hacen el viaje muy especial.
Cuando llegas a puerto el tiempo que pasas en tierra depende mucho de la compañía, en nuestro caso no estaba mal, eso si paliza ver Roma un 10 horas 😉 pero la experiencia es irrepetible y los niños lo pasaron ¡en grande! Nosotros todas las excuriones las gestionamos nosotros con taxis, pero las compañías tienen montones de paquetes de excursiones. Es fácil disfrutar un crucero ¡Anímate!