Qué puedes encontrar…

La azotea más famosa de Madrid. Eso en primer lugar. Pero El Viajero es mucho más. Está ubicado en La Latina, frente al Mercado de la Cebada, en un palacete del siglo XIX pintado de rojo. Tiene tres plantas bien diferentes para que puedas hacer muchos planes sin cambiar de local. En la planta de abajo, mesas altas y taburetes para disfrutar de un tapeo o de la terraza a pie de calle. Paredes de ladrillo, madera, cristal y la cocina vista.

En la primera planta, mesas para comer, cuero marrón y mesas de mármol. En la azotea, muchísima vegetación, una barra de bar y las vistas más bonitas de San Francisco el Grande y de la espectacular fachada del Mercado de la Cebada.

En la carta encontramos entrantes apetecibles para compartir, tanto de nuestra gastronomía (croquetas, ensaladilla, unos riquísimos crujientes de pollo, tortilla de patata…) como de viaje (hummus, guacamole, gyozas de verdura…). Los principales son bocadilleros. Y es que el El Viajero hay una buena selección de hamburguesas, bocadillo de calamares, sandwich mixto trufado, pepito de solomillo… Hay ensaladas que también son buenas opciones para el centro de la mesa y buenos postres para cerrar a lo grande.

Algo de copeteo y podemos afirmar que El Viajero es para todo momento y siempre a lo grande.

Lo mejor…

La azotea con ese aire bohemio, esas vistas preciosas, ese ambiente festivo…

Siempre hay una pega…

Si eres de esas personas con perecilla para ir al centro de Madrid, se la encuentras. ¡Ánimo! Es tan bonito pasear por esta zona….

Apunte Yosílosé…

La historia de El Viajero es ya centenaria. Y es que antes de ser así (se convirtió en lo que es en 1995) era el bar Musel, fundado en 1926. En él ha tenido lugar importantes eventos culturales como los primeros conciertos de un jovencísimo Alejandro Sanz o rodajes de películas y series (no nos extraña, magnífico escenario). Por eso, este mismo año ha sido nombrado Patrimonio Cultural de Madrid y luce placa conmemorativa que lo indica.

Reservad porque se pone a tope y hay poco sitio. Y tenedlo en cuenta para una cena de verano o para un picoteo después de un paseo por el Rastro, por ejemplo.

Sin duda, merece puesto de honor en nuestro listado de las terrazas más bonitas de Madrid.

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