Qué puedes encontrar…

Un museo precioso, ubicado en un palacete decimonónico. Su objetivo es interpretar la cultura material y las ideas, valores y actitudes a ella asociados, tanto pasados como presentes.

Su heterogénea colección abarca unos 70.000 fondos de los que se exponen en sus salas unas 2.600 piezas de muy diversa índole que han sido utilizados a lo largo de la Historia, desde el siglo XIV hasta el XXI (no obstante, las piezas más antiguas de su colección se remontan más allá en el tiempo, con unos vidrios romanos y tejidos coptos).

Lo que podemos ver en sus salas son objetos cotidianos y de lujo, con valor decorativo y funcional. Así, podemos encontrar cerámica y porcelana de las más grandes manufacturas españolas; vidrio y cristal desde piezas del siglo IV aC a las piezas del siglo XX; mobiliario (maravillosos los escritorios o bargueños, las camas y los muebles de asiento); salas dedicadas a los tejidos, alfombras y tapices; joyería y platería; y piezas tan entretenidas y curiosas como abanicos, tarjeteros, pitilleras, tabaqueras, agendas, carnets de baile, Nacimientos, relojes o instrumentos musicales.

La colección permanente, ubicada en las plantas 2, 3 y 4, está organizada por épocas. Y, además, siempre encontrarás exposiciones temporales bien
interesantes.

Por otro lado, su programación de fin de semana incluye actividades para niños. Talleres y cuentacuentos que versan sobre su colección y que resultan entretenidos y especiales.

Lo mejor…

El interés del museo por acercar toda esa belleza a las familias a través de sus talleres.

Siempre hay una pega…

Que no te queden plazas en las actividades que te interesen, porque otra cosa no se nos ocurre. El museo es interesante, bonito y barato…

Apunte Yosílosé…

Sea cual sea el motivo por el que visitéis el museo, no se os olvide hacerle una visita a la cocina valenciana de la planta superior. Es una joya que no se olvida fácilmente…

Si te gusta ir de museos por Madrid, sigue leyendo 😉