Que puedes encontrar…

Un restaurante bonito, agradable y maravillosamente atendido en el que disfrutar de cocina viajera y cocteles de autor. Así, en resumen. Se trata de un espacio bien decorado, con varios ambientes, en tonos tierra y verde, con una barra en la entrada, una zona de mesas altas y subiendo las escaleras, el comedor. Techo vegetal, iluminación cálida… el momentazo no ha hecho más que empezar.

La carta es estupenda, con propuestas que se inspiran en distintas partes del mundo para crear combinaciones que resultan un éxito. Burrata de búfala con avellanas, ñora y pesto de cilantro, langostinos salteados con piña semiseca, dumpling de ropa vieja con caldo de cocido (¡imperdible!) son algunos de los platos a compartir. El bacalao confitado con cremoso de apio nabo, el atún rojo rebozado en pistacho molido, el solomillo a la parrilla con jugo de carne y trufa o el pollo de corral con kumquats confitados son idea de platos principales deliciosos. Y ahora viene la originalidad más marcada de Mano de Santa, las guarniciones. Cada comensal elige una guarnición para su plato. Las propuestas son de quitarse el sombrero. El puerro con salsa de avellana, los bocaditos de brócoli con emulsión de sésamo, el arroz al Wok con puerro, huevo y jengibre o el aguacate a la parrilla son alguna de estas ideas… Y para cerrar el capítulo gastro, los postres caseros como el gana he de chocolate blanco y yogur griego o la tarta de queso y lima.

Para acompañar este disfrute, bien antes, bien después, los cócteles son también una buena opción.

Además, cuenta con servicio delivery para impresionar a tus invitados.

Lo mejor…

La cocina es exquisita, ciertamente, pero es que el servicio es aún mejor. El personal te hace sentir a gusto desde el primer momento. Un 10 para todos ellos.

Siempre hay una pega….

La propia de los restaurantes de Madrid, que debes reservar con antelación.

Apunte Yosílosé…

Los visitamos para el día de la Madre y salimos de allí todas las madres con una bonita rosa en las manos. Nos vamos a animar a disfrutar de sus mesas altas con un cóctel y algo de compartir para una noche con amigos.

La idea ha sido promovida por un grupo de amigos que han querido compartir con los comensales de Madrid su manera de entender un buen sitio de hostelería. Lo han conseguido.

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