Qué puedes encontrar…
Un pueblo singular que vale la pena visitar. Patones es un municipio situado a unos 50 kilómetros de Madrid por la carretera de Burgos que se divide en Patones de Arriba y Patones de Abajo. La villa original es la de arriba y la de abajo fue fundada por los habitantes de arriba allá por 1940. Se cuenta que Patones de Arriba fue el único pueblo de Madrid al que no llegaron los franceses durante la Guerra de la Independencia.
Imprescindibles para ver
El plan es dar un paseo. Se llega desde Patones de Abajo por una carretera en la que debemos aparcar el coche y finalizar el camino a pie. La senda del Barranco es un kilómetro con desnivel y no es cómoda para carritos, pero poco complicada y tiene encanto. Patones de Arriba tiene muchos restaurantes, bonitas callejuelas para pasear, tiendas de artesanía y alrededores por los que hacer algo de senderismo. Está rodeado de montañas y el paisaje es precioso. Si quieres preparar una visita más extensa, encontrarás toda la información en la web de Turismo de Patones.
Dónde comer
El Poleo | Travesía del Arroyo, 3 | 91 843 21 01
Es el restaurante de un hotel llamado El Tiempo Perdido y vale la pena por su comida deliciosa y elaborada. Tiene una maravillosa terraza para los meses de buen tiempo. Si quieres comer allí, debes indicarlo expresamente cuando reserves. Espectacular la ensalada de quesos fritos, envueltos en pasta brik, con una vinagreta de mostaza o las alcachofas rehogadas con morcilla de Burgos y huevos rotos. De segundo, estaba delicioso el cochinillo, el cordero a la miel (que es lo típico de la zona), o el lomo de ciervo. Y de postre, maravilloso el postre de chocolate.
Imprescindible ir a cualquier restaurante con reserva.
Lo mejor…
Buena comida y un buen paseo. Planazo de sábado.
Siempre hay una pega…
Suele estar abarrotado cuando hace bueno, y cuando decimos abarrotado es tal cual. Sobre todo por las mañanas, después de comer baja bastante la afluencia.
Apunte Yosílosé…
No necesitas el día completo. Llegas para el paseo por el pueblo, un aperitivo, la comida y luego otro paseo por el campo aledaño para que los peques “troten” o merienda-cena y a casa.
En cualquier caso, resulta ¡un planazo! Como los que nos plantean todos estos pueblos bonitos cerca de Madrid.